Zona 10

Zona 10
Zona 10 capitalina, en mayo de 2012. Fotografía tomada en la grabación del cotrometraje "Grabe su mensaje".

viernes, 28 de septiembre de 2012

Acreditación universitaria

¿Qué es?

Es un programa de evaluación al que se someten las universidades, para evaluar y auto evaluar los métodos y el funcionamiento de las carreras que imparten. Es un respaldo, que da validez a las carreras universitarias y que certifica que realmente se alcanza un buen nivel académico. El objetivo principal, es que las instituciones, al estar buscando mejoras continuas, ofrezcan verdadera calidad en su enseñanza.

Este proceso es realizado por una agencia de acreditaciones, externa a las universidades, para garantizar transparencia y veracidad. Consta de varias fases:
     1. Autoevaluación - La universidad realiza un proceso interno para conocer realmente cómo son sus          procesos administrativos y metodológicos, y así determinar sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
   2. Evaluación externa - Varios profesionales externos a la carrera y a la universidad analizan y valoran la carrera por acreditar.
    3. Evaluación de la agencia acreditadora - Después de la autoevaluación y la evaluación externa, la agencia que se dedica a la acreditación realiza su evaluación para determinar si procede conceder la certificación de acreditación o no y emite su juicio.

¿Para qué nos sirve?

A los alumnos y a la institución, la acreditación universitaria nos favorece. 
A una institución, la acreditación universitaria o académica, le brinda prestigio y status. Le ayuda a identificar sus puntos fuertes o débiles, especialmente en la fase de autoevaluación. También le compromete a tener mejoras continuas en el nivel académico que ofrece.

A un estudiante de una carrera acreditada, esto le sirve para tener la certeza de que la carrera cumple con cierto aval internacional que le va a garantizar calidad y buen nivel. Además, le facilita la participación en programas de intercambio, así como es una ventaja a la hora de buscar trabajo. 

Acreditaciones en la Universidad Rafael Landívar

En la Universidad Rafael Landívar, las carreras acreditadas son: Administración de empresas, Mercadotecnia, Arquitectura, Relaciones Internacionales, Contaduría pública y Auditoría, Diseño Gráfico, disño Industrial, Ingeniería Industrial, Ingeniería en Informática y sistemas, Administración de Hoteles y Restaurantes, Ciencias Jurídicas y Sociales, Economía empresarial, Ingeniería Civil, Química y Mecánica.

Ciencias de la comunicación está acreditada internacionalmente desde el año 2007, con una certificación de la Asociación para la Acreditación y Certificación en Ciencias Sociales, ACCECISO. Además, durante este año, se encontraba en proceso de re-acreditación con la agencia mexicana CONAC, dedicada plenamente a la acreditación de carreras de comunicación.


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lunes, 24 de septiembre de 2012

Antología de Mario Monteforte Toledo



Los actores participantes, después de la presentación del cortometraje.


El pasado 10 de septiembre, Luis Carlos Coronado presentó su cortometraje de proyecto de tesis en Soloteatro.

Previo a la proyección del material, el ahora licenciado, agradeció a todos los que  habían contribuido en su proceso de formación y a quienes le ayudaron en sus proyectos, pero en especial al licenciado Lázaro Valdespino. Además, lamentó que aunque todos los directivos de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la URL, fueron invitados, ninguno asistió.

La narrativa se basó en la historia de un hombre guatemalteco (Rodolfo Romero), que estaba interno en un instituto de salud mental. Diagnosticado erróneamente como loco, pasaba sus días bajo el cuidado de una enfermera (Tita Mendoza) y cada vez que recuperaba un poco de conciencia, el médico encargado volvía a sedarlo (Pablo Iriarte).



Dentro de él, un personaje de su imaginación (Guillermo Monsanto) le llamaba a la vida y le leía cuentos de Mario Monteforte Toledo para hacerlo reaccionar. La historia está basada en las obras "Entre la piedra y la cruz", "Donde acaban los caminos" y "Los desencontrados", por lo que se muestran pequeños cortos que hacen referencia a estos libros, mientras el personaje imaginario de Andrés le lee.

La producción y dirección, estuvo a cargo de Luis Carlos Coronado. Contó con actores de la talla de Rodolfo Romero, Guillermo Monsanto, Joam Solo, Pablo Iriarte, Tita Mendoza, Wilfredo González, Ángelo Medina y Karla Calvillo. 




domingo, 9 de septiembre de 2012

¿Y si para el 9/11 ya hubiera existido Twitter?

O Facebook. ¿Cuántos tweets o cuántos posts hubieran abarcado este hecho?


Solo durante la participación del jamaiquino Usain Bolt en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se registraron 80 mil tweets por minuto. Durante los dieciséis días de estas competiciones, se generaron 150 millones de tweets sobre el tema (noticias.latam.msn.com). Según los datos de marketingdirecto.com, todos los días se suben unos 300 millones de fotos a Facebook. Cada veinte minutos, los usuarios hacen 1,587,000 publicaciones en los muros, y 10.2 millones de comentarios. Muchos de los videos que se comparten a través de estas redes sociales, son enlazados desde Youtube. Por minuto, se suben 48 horas de video a los servidores de este sitio (anexom.es).  
Lo grandioso de las redes sociales y del internet, es la inmediatez con la que se comparten los contenidos.  Con el avance de la tecnología, cada vez más usuarios publican o revisan fotografías y contenidos desde sus celulares. Al mismo tiempo que se han convertido en una especie de diario personal virtual, son una extensión de los medios de comunicación masivos tradicionales. Influyen ampliamente en la divulgación de la información y con esto, en la magnitud que se le da a los hechos internacionales.
Si las redes sociales hubiesen existido para el 2001, la caída de las Torres Gemelas hubiera sido vista de forma diferente.
Definitivamente, el tráfico de información hubiese sido enorme. En todo el mundo, los usuarios estarían informando e informándose sobre los hechos, prácticamente, en tiempo real. Muchos usuarios aprovecharían el espacio simplemente para hacer comentarios, desahogarse y dar su opinión sobre lo sucedido. Por otro lado, los estadounidenses hubieran sacado bastante provecho de estas tecnologías. 
Hubiese aumentado la cantidad de fotografías y videos capturados por personas que se encontraban en el lugar, por ejemplo. Posteriormente pudieran ser utilizadas como pruebas durante los juicios o para dar a conocer testimonios. Se hubiera facilitado la comunicación entre las personas de los edificios aledaños y sus familiares. Hubiera circulado información sobre advertencias de desalojo en las oficinas cercanas, e incluso se hubiera difundido un método de búsqueda o localización para personas desaparecidas o trasladadas a hospitales.
De cierta forma, las redes sociales hubieran sido una forma de protesta o presión de la gente, hacia el gobierno estadounidense, las aerolíneas y todos los entes implicados, para que se esclareciera el porqué del atentado.
La situación quizás se hubiera repetido, pero el mundo lo hubiera visto de forma diferente. Existiera más información, verídica o no, sobre los hechos. El impacto sobre la gente, hubiera sido mayor y el caso hubiera trascendido aún más, porque la cobertura mediática  y el tráfico de información tal vez se hubiera duplicado.
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